MADRINAS Y PADRINOS

Marta García: “Interesarme por cuidar un árbol va a reforzar mi autoestima”

Hace unos días, el olivo 9433 estaba triste y despeinado en el olivar Emilio Charraqueta La Vega, en Oliete (Teruel). Hoy se llama Luis y tiene un futuro prometedor gracias a Marta García Pérez, su nueva madrina, que lo ha bautizado con el nombre de su padre y de su abuelo.

Esta psicóloga especializada en nutrición y ecopsicología acaba de publicar su libro Comer sin prejuicios (Lunwerg) y se ha formado recientemente como ecotuner, para ayudar a otras personas a reconectar con la naturaleza. Además, es la nueva embajadora de Apadrinaunolivo.org.

Sus stories de Instagram (@alimentatuesencia) son una declaración de amor a la naturaleza en la que los animales salvajes y los árboles cobran protagonismo a diario. “Sigo sin creerme que este almendro me haya dado permiso para habitar su jardín y llenarlo de más vida. […] Soy muy afortunada al poder convivir con un árbol tan especial. Observarlo a diario es un regalo inmenso”, escribió hace unos días.

Con esa sensibilidad tan especial por los árboles, no podíamos dejar pasar la oportunidad de incluir a Marta entre las embajadoras de Apadrinaunolivo.org. Acogió la propuesta con gran entusiasmo, se enamoró del olivo 9433 y, en cuestión de segundos, ya tenía nombre para él. A pocos días del Día del Padre, hablamos con ella de su relación con los árboles, de su olivo en Oliete y de cómo vincularse con un árbol favorece a su vez el vínculo con la familia, con las raíces y con una misma. Nos responde en uno de sus largos paseos diarios por el bosque.

Pregunta: ¿Qué relación tienes con los olivos?

Respuesta: Yo he pasado gran parte de mi infancia en Almería y, muy cerquita de mi pueblo, había muchos campos de olivo. Cuando era niña lo que me fascinaba era que cada tronco para mí era un mundo. Los notaba o los sentía súper diferentes. Para mí el olivo es un árbol que tiene mucha personalidad y que si te fijas bien es como encontrar un mundo dentro del tronco del olivo. Cuando ya son centenarios o milenarios, me parece impresionante; como que guardan ahí mucha magia.

Siempre fue conectado con parte de mis raíces de Almería y de adolescente siempre compartía que el olivo era mi árbol preferido, imagino que para sentir esa parte de tierra, familia y tradición que para mí siempre ha sido tan importante.

P: En tus redes siempre estás compartiendo la belleza que te encuentras en la naturaleza. ¿Te ha interesado siempre así o has vivido una reconexión con lo natural en algún momento?

R: Yo creo que de una forma muy natural y normal siempre he sentido una gran conexión con la naturaleza. De niña me recuerdo siempre con las manos en el barro, en la tierra, con las plantas, cogiendo insectos, subiéndome a los árboles. Como todos los niños y niñas sí que sentía esa conexión.

Hubo un tiempo durante mi adolescencia en el que perdí esa conexión o, más que perderla, me alejé del entorno natural al vivir en una ciudad. Imagino que los intereses empezaron a cambiar: empezó a interesarme más salir de fiesta con mis amigas, ir a los centros comerciales… En la época de la universidad no sentía esa necesidad de pasear por entornos naturales.

Fue a raíz de una crisis existencial, persona, identitaria, de empezar a sufrir ansiedad, que empecé a explorar qué rutinas en mi día a día me ayudaban a que la sintomatología estuviera más tranquila, a sentir más paz. Entonces empecé a observar que los días que iba al mar a pasear con Dana, los días que me sentaba en la orilla, los días que salía a caminar sin pretensión de nada, simplemente dejando el móvil en casa, me sentía mejor y la ansiedad estaba más regulada. Ahí me di cuenta de la importancia de contar con el entorno natural para regularnos a nosotras mismas y empecé a sentir esa necesidad de vivir en entornos naturales y de ir a caminar más por la montaña, por la playa. Empecé a sentir esta reconexión otra vez.

P: ¿Qué te ha llevado a la ecopsicología?

R: Creo que me ha llevado precisamente mi experiencia personal. Empecé a hacer terapia, cambié dos veces de psicólogo porque no sentía mejoras. Empecé a transformar mis rutinas diarias, a darme más espacio para observar mi entorno, conocer todo lo que me rodeaba, interesarme más por qué árbol tenía plantado en el jardín de casa o en el parque de al lado. No fue hasta entonces cuando empecé a sentirme mejor.

Por supuesto que todo el trabajo cognitivo y de las emociones es muy importante, y como psicóloga trabajo mucho desde este lugar, desde la cognición y comprender la historia familiar y trabajar el trauma. Pero me di cuenta de que el entorno natural también tiene una gran capacidad para regular nuestro sistema nervioso. Puede incluso nutrir emociones que en nuestro día a día se quedan más desnutridas.

Y, sin duda, necesitamos que nuestros sentidos se sientan más completos. Nuestros sentidos son muy curiosos y requieren justamente de mucha estimulación y en la naturaleza encontramos todos esos estímulos: texturas, colores, aromas, formas, patrones… Necesitamos ir más allá; la idea de observarse a una misma e intentar sanar desde la individualidad, desde mi punto de vista, creo que se está quedando muy corta y necesitamos ampliar la mirada.

P: Desde ese ámbito, ¿cómo de importante consideras que es para nuestra salud mental vincularse? ¿Crees que darle un nombre y poder estar en contacto constante con el agricultor que lo cuida puede tener efectos a nivel psicológico?

R: Creo que vincularse con la naturaleza es muy importante para nuestra salud mental porque también estamos potenciando nuestra propia intimidad. Cuando yo me intereso por un olivo que estaba abandonado y que a partir de ahora va a empezar a ser cuidado, respetado, honrado y me empiezo a interesar por la salud de ese olivo, por cómo está, si está floreciendo o no, este interés genuino va a hacer que nos podamos interesar también por nuestra propia salud y que esa intimidad, esa vinculación con una misma, también florezca.

Es muy importante justamente eso: entender que si no soy capaz de vincularme con lo que me rodea, cómo voy a poder vincularme conmigo misma. Entonces, creo que estamos dando un mensaje, no sé si erróneo, pero a muchas personas no les va a funcionar empezar por una misma. Si yo no soy incapaz de intimar con lo que me rodea, ya sean plantas, animales, personas, se me va a hacer muy difícil hacerlo conmigo misma.

Entonces, empezar a interesarme por un árbol, por cuidarlo, va a potenciar justamente también que yo pueda reforzar mi autoestima y mi autonomía personal. Es súper, súper, súper positivo. Tener este vínculo con el agricultor, interesarte por sus quehaceres diarios, por su trabajo, por cómo cuida a este olivo, sin duda, porque vamos a estar construyendo conexiones con otra persona, interés, y eso va a reforzar también justamente toda la esfera social que tan olvidada tenemos.

Incluso esa desconexión, que compramos el aceite de oliva en el súper y no nos preguntamos cuántos árboles ha necesitado, de dónde vienen las aceitunas que han podido producirlo. Sin duda también, incluso servirá para mejorar nuestra relación con la comida, con lo que comemos y con cómo lo comemos. La alimentación consciente nos invita a ir más allá de lo que vemos en el plato y comprender cuántas personas han estado implicadas, cuántos animales, árboles, climas, han necesitado para que ese alimento esté hoy en mi plato. Sin duda puede ser muy positivo.

P: Te estabas formando en baños de bosque… ¿Ya has empezado? ¿Vendrías a Oliete a hacer baños de olivos?

R: Sí, me he formado como ecotuner, en la Escuela de Ecopsicología de España. Todavía no he empezado como tal, aunque sí he empezado a practicar. Llevo años practicando en mi propia piel, y ahora más con la parte teórica y experimental porque en el máster hemos hecho también caminatas y lo hemos puesto en práctica. Pero no he hecho aún grupos.

En algunos retiros que he hecho sí que hemos puesto algo en práctica, pero no es un servicio que todavía haya lanzado. Pero sí que en este 2022 me encantaría empezar. Tengo muchísimas ganas porque creo que es una forma de cuidar nuestro entorno pero también cuidarnos a nosotras mismas y potenciar esas conexiones del grupo que tan importantes son para nuestra salud mental. Así que por supuesto, iría sin dudarlo.

P: ¿Qué te ha motivado a ser embajadora de Apadrinaunolivo.org?

R: Me ha motivado ser embajadora de Apadrinaunolivo.org porque me parece un proyecto súper necesario precisamente por todo lo que hemos estado comentando. Creo que interesarnos más por la fauna y flora de España es primordial si queremos no solo proteger nuestro ecosistema sino también para proteger nuestra salud mental. Me parece un proyecto muy protector de forma individual y colectiva, incluyendo a la Tierra.

P: Tenemos ya tres Luises por aquí… ¿Por qué has decidido que tu olivo se llame Luis, como tu padre y tu abuelo?

R: Decidí llamarlo Luis porque, aunque no conocí a ninguno de mis abuelos, de este abuelo por parte paterna me han hablado muy bien. Me han contado cosas maravillosas y me siento identificada con parte de esa humildad, bondad y dar sin esperar que me cuentan que tenía. Creo que tenía valores muy bonitos que supo transmitir a sus hijos y que sus hijos supieron transmitir a sus nietas y nietos.

Luis, el olivo de Oliete que ha bautizado Marta en honor a su abuelo y a su padre

Pensé que si llamaba Luis al olivo y podía ir a visitar a este abuelo, ay, este olivo, perdón (risas), se podía convertir en un ritual para mí, en un símbolo que nutriera los valores de mi familia paterna. Entonces, por eso me parecía muy bonito elegir un árbol que pueda ejemplificar estos valores que para mí son tan importantes y poder ir con mis sobrinas, con mis hijos si algún día los tengo y hablar allí no sólo del árbol, sino justamente de toda esta historia familiar, de estos valores y de todo lo que yo he aprendido.

Como justamente también mi padre se llama Luis, es también un símbolo para mi padre y un buen regalo para el Día del Padre. Poder decirle que he apadrinado un olivo que lleva el nombre de su padre y el de él me pareció una idea muy bonita.

__________

Recuerda que, si quieres tener este vínculo tan especial que menciona Marta, puedes apadrinar un olivo para tu padre en nuestra página web para el Día del Padre. Además, en MiOlivo.org acabamos de lanzar un pack especial para el Día del Padre cuyos beneficios irán destinados íntegramente a la recuperación del olivar de Oliete.

Tú eliges si quieres un regalo para compartir un buen rato o para fortalecer un vínculo de por vida. En ambos casos, estarás luchando contra la despoblación rural en un pueblo de Teruel.

Deja un comentario

Cargando Captcha...