Imagen de 3 adolescentes admirando el olivar
APADRINA VIVE

Día 16: Oliete, con ojos de adolescente

Siguiendo con nuestro Calendario de Adviento de Navidad, para alcanzar nuestra meta de de lograr 700 amadrinamientos y apadrinamientos para lograr un puesto de trabajo femenino en Oliete, queremos ponernos unas gafas muy distintas a las habituales. 

Queremos hablar de cómo ve una adolescente la vida en el Mundo Rural, y en concreto en nuestro querido pueblo, Oliete. 

Porque no nos engañemos, la vida de un adolescente en el Mundo Rural, muchas veces, no es tan sencilla como pueda serlo en la ciudad y en especial en aquellos años donde la despoblación hizo mucha mella y la natalidad descendió la pasada década. Pero no todo es “negativo”, sino que por suerte los y las jóvenes en el Mundo Rural, también saben sacar la parte positiva de ello. 

Tras varias charlas con adolescentes de Oliete, hemos podido destacar no solo lo malo, sino aquello que también les preocupa de cara al futuro y cómo ven ellos su pueblo en un futuro. La mayoría de los y las adolescentes de Oliete, ven la vida actualmente de un modo parecido. Echan de menos el ajetreo del verano y destacan que la mayoría de actividades sociales han de realizarlas en Andorra (pueblo cercano y cabecera comarcal de 8.000 habitantes en la comarca de Andorra Sierra de Arcos, a la que Oliete pertenece). 

La educación secundaria en el mundo rural:

El otro día en nuestro blog, ya hablábamos de la educación y la importancia de las escuelas en el mundo rural, sin embargo, hoy queremos ir un paso más allá y hablar con los adolescentes de lo que a ellos les atañe, la educación secundaria y superior, así como otras actividades.

En Andorra, no solo realizan deporte, clases extraescolares o ir a comprar, sino que también es donde acuden al instituto a diario. Pero son muy claros y conscientes de ello “Es normal, en el pueblo no podemos tener todos los grados de educación, pero esto lleva a que durante muchos años a diario tengamos que venir a Andorra… Y si cuando acabemos queremos hacer una carrera, tendremos que irnos también a Zaragoza o Valencia o donde sea”. 

La educación, pese a mejorar con la conexión digital, sigue suponiendo traslado diario desde Oliete a otros lugares. Pero mientras para algunos podemos verlo como una desventaja, ellos le sacan un gran partido. “Nos permite también relacionarnos con más personas de nuestra edad, en Oliete, somos pocos de nuestra generación, ya que la mayoría son adultos o niños, es nuestra manera de socializar hasta que llega el verano y nos hace salir de una rutina que también puede ser aburrida a nuestra edad”.

La brecha generacional:

Los adolescentes también acusan esa brecha generacional que se aprecia en tantos municipios de la España Rural y como ellos mismos detallan “En nuestra generación somos pocos, una media docena en todo el pueblo, es verdad que hace que las amistades sean más sólidas pero también es cierto que el ocio es más limitado que en un lugar más grande. Además la mayoría de las personas que viven en Oliete, muchas son de la edad casi de mis abuelos, en verano por suerte pinta diferente, llega gente de la ciudad, abre la piscina, son las fiestas… son dos pueblos diferentes”. 

No resignarse ante el futuro:

Pero por suerte no se resignan y quieren seguir teniendo un futuro mejor en Oliete “Aunque me gustaría también estudiar fuera por conocer una ciudad grande, quiero poder tener oportunidad de trabajar en Oliete a largo plazo una vez acabe, aunque no todos pensemos así claro. Hay quienes prefieren quedarse aquí siempre y otros que querrían vivir en una ciudad grande. Creo que somos como todos los jóvenes en general… Cada uno, tenemos una idea diferente de futuro”. 

En este contexto, lanzan una reflexión que gira en torno a ello “A veces, hablas con gente de sitios más grandes y se piensan que vivimos en medio de la nada, pero aquí tenemos internet igual que en Madrid, compramos por Amazon, vemos Netflix o Disney y tenemos los mismos gustos en muchas cosas solo que los orientamos de manera diferente y nos adaptamos a lo que tenemos”. 

Por eso lanzan un mensaje de esperanza de cómo les gustaría que fuese el pueblo en un futuro. “Pues a mi me encantaría que siguiese creciendo, que haya vida parecida a la de verano todo el año, con más tiendas y más gente trabajando… al final, si somos más también se generan más oportunidades para todos. Pero seguro que a Oliete, le queda mucha vida”. 

Por último, queremos aprovechar para recordaros este reto que hemos lanzado para crear un puesto de trabajo femenino, porque para que a Oliete le quede mucha vida, tenemos que seguir impulsando proyectos e iniciativas como esta desde Apadrinaunolivo.org

Nicolás López Sancho

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