Sobre el suelo se sostiene la humanidad, de ahí que en las últimas décadas queramos sobreexplotar a la tierra, con una agricultura intensiva, para consumir productos fuera de temporada sin respetar sus ritmos o simplemente abandonándola, como es el caso, desde hace décadas del olivar en Oliete. 

Las consecuencias: suelos fértiles agotados, desnutridos y sequías generalizadas.

La recuperación del olivar abandonado, el cual si no hiciéramos nada, tiene altas posibilidades de convertirse en terreno desertificado. Requiere un trabajo previo en el terreno, clave para el posterior bienestar de los olivos. Desbrozar la zona, restaurar los muros de piedra seca y enriquecer la tierra, son algunas de las principales tareas que hacemos. Preparamos el terreno para recibir nutrientes y respetar su biodiversidad. 

Desde Apadrinaunolivo.org tenemos como objetivo recuperar 100.000 olivos abandonados en la zona de Oliete, provincia de Teruel y alrededores. En 9 años hemos salvado casi 16.000. 

En España, según los últimos datos oficiales, se pierden cada año más de 500 toneladas de suelo fértil a causa de la desertificación. Pero, como todo, el suelo tiene memoria y es un recurso finito y no renovable, así que, además de sufrir erosión y ser menos productivo cuando el suelo está empobrecido. y sin cubierta vegetal hará crecer las plantas adventicias no deseadas, comúnmente llamadas, malas hierbas. Estas plantas crecen de manera natural entre los olivos o cualquier otro cultivo, compitiendo por los recursos hídricos y limitándoles las posibilidades de absorber agua y nutrientes. 

De ahí, la importancia en la recuperación del olivar abandonado, pues permite movilizar los nutrientes en el suelo y aumentar la fertilidad, para la correcta nutrición del olivo y los intercultivos.

“En esos casos, en lugar de interferir en el ecosistema natural de los olivos buscamos transformar el olivar en un bosque, que es lo que es, respetando sus tiempos, y de esta forma recibiremos gratas sorpresas, siempre yendo con la naturaleza, y no en contra de ella”, apunta Víctor Vidal, Técnico de campo de Apadrinaunolivo.org 

Las cubiertas vegetales y las plagas buenas  

Las cubiertas vegetales son un manto de plantas, que pueden ser espontáneas o  sembradas  en la superficie del suelo. Tienen como objetivo proteger y mejorar la estructura y la calidad nutricional del sustrato. Además, mejoran la infiltración del agua reduciendo la erosión del suelo y reteniendo la humedad.

La misma lógica que aplicamos al empezar a trabajar en pro de la naturaleza y no en contra, lo hacemos hablando de “plagas buenas” dentro de los cultivos. Pues al final, son recursos que tiene la tierra para regularse y regenerarse de manera natural, sin intervenciones. 

De ahí, que nos ponga muy felices re-generar el habitat perfecto para atraer fauna auxiliar, como las mariquitas que nos ayudan a combatir el pulgón. 

Las tareas de recuperación del olivar abandonado son pieza clave en este puzzle en el que las acciones cuentan y sostienen un ecosistema que lo demanda. 

Por eso, apadrinando un olivo, ayudas a regenerar el suelo, a devolverlo a la vida, a fijar carbono o a mitigar los efectos de la sequía sumándose a la fijación de población, que gestione de forma sostenible el territorio.