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MADRINAS Y PADRINOS

Oliete, un pueblo con tradiciones: San Antón

La hoguera de San Antón, se enmarca dentro de las celebraciones de invierno y actos simbólicos tradicionales de nuestra tierra, cuyos ritos se basan en “el crecer del día” y la vuelta a la actividad en los trabajos agrícolas.

Para San Antón (17 de enero) crece el día un pasico de ratón, dice el refrán.

Al calor del fuego y en torno a la figura de San Antón, los olietanos desde tiempos inmemorables, oponen al frío invernal el calor de un fuego protector, purificador y vinculado a la fertilidad, un ritual lúdico de reminiscencias ancestrales y onomásticas cristianas, compartido en el espacio público del Arrabal, al lado del santo y justo debajo de uno de los arcos de entrada a la villa custodiado por los Santos Mártires (San Fabián y San Sebastián).

Rebasado el solsticio de invierno, los días se alargan y apuntan hacia una prometedora primavera.

Hoguera de San Antón

Durante la mañana los voluntarios se reúnen para ir a buscar leña para la hoguera, en estos últimos años, el río Seco y sus crecidas se han encargado de acercarnos unos buenos troncos para la quema.

Se prepara la hoguera, protegiendo con arena el suelo, apilando los maderos y la leña. Es un buen momento para que los vecinos aporten maderas que quieren quemar.

Entre todos los que colaboran en la recogida, y gracias a la colaboración de la Asociación de amigos del Caballo de Oliete y la Comisión de Fiestas, se prepara un almuerzo.

Por la tarde es tradición que nuestro párroco Mosén Antonio, se acerque a la capilla del santo, allí se le dedican unas oraciones y rezos a nuestro querido San Antón y se bendice a los animales que allí se acercan. Una vez acaba la bendición, se procede al encendido de la hoguera.

Por la noche, se prepara en la hoguera, una cena con longaniza y chorizo típicos del pueblo, donde se degusta buen vino y se oye un buen repertorio de jotas y cantes populares. Todo alrededor del calor protector de la hoguera. Entrada la noche, van desfilando licores caseros y más cantes, se narran historias y cuentos en una atmósfera de alegría y diversión.

Sin duda una velada de lo más apetecible para compartir al aire libre con los vecinos, que, durante estos meses de frío riguroso, son más difíciles de ver y de compartir raticos juntos.
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Alberto Alfonso
Cofundador apadrinaunolivo.org

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