Pedimos al padre Fernando, encargado de guiarnos en la Observación de Estrellas, que nos hiciese un resumen de lo que se vivió. Como siempre fue una noche muy especial, cargada de simbología y de ilusión por compartir tiempo juntos en un enclave único.

Aquí nos cuenta:

El día 27 tuvimos el segundo encuentro de Apadrina con Santa María del Olivar.

Tras la recepción todo el mundo pudo visitar con calma el Monasterio, ver las zonas restauradas y su valor histórico, artístico y espiritual. Antes de la cena hicimos la clásica visita a Santa María del Olivar cantando los cantos populares que los habitantes de Oliete y de todas las zonas cercanas cantan cuando vienen a peregrinar a la Virgen. Allí, la comunidad les recibió y les recordó que esta oración no sustituye el trabajo duro y que el trabajo duro no sustituye la oración. Terminamos con la Salve y pasamos a la cena.

La cena fue en un ambiente de gran fraternidad mientras anochecía (porque estamos a finales de agosto), con la alegría de disfrutar bajo el manto de la noche de una buena cena de carne a la brasa con el estilo de esta tierra.

Finalmente hicimos la observación del cielo que fue una gran experiencia donde contemplamos el firmamento y nos preguntamos por qué gira ante nosotros y mantiene esa belleza, esa armonía, ese ritmo… También estuvimos hablando de la Vía Láctea, nuestra gran casa y de como podemos ver su brazo que se extiende ante nosotros en estos cielos privilegiados de Teruel en los que la España no vaciada (porque no está vacía del todo, ya que aquí estamos nosotros). Donde esta España con poca población tiene a cambio el privilegio de contar con unos paisajes naturales en excelentes condiciones y unos cielos increíbles. La observación de Júpiter y Saturno con telescopio fue uno de los momentos estelares.

Y esta fue nuestra velada que se prolongó hasta la madrugada y terminamos con una copita de cava y con bollo rápido, típico de nuestra zona.»

 

Hasta el año que viene✨